viernes, 26 de julio de 2013

Espacios Musicales

La música es un arte temporal, ocurre en un lugar y momento preciso, y sólo permanece en nuestra memoria, pero requiere de un espacio que permanezca en el tiempo más allá de la interpretación instrumental o vocal.


Piano House en Huainan City, China


Aunque la música y la arquitectura pertenecen a un grupo de creaciones humanas que llamamos bellas artes, es difícil señalar qué es lo que en esencia comparten para pertenecer a un mismo ámbito del esfuerzo intellectual de los hombres y las mujeres. Sin embargo, es fácil notar, sobre todo en un concierto en vivo, que la interdependencia de estas dos actividades artísticas —arquitectura y música— es ineludible.

Arquitectura y música

El espacio donde la música se interpreta tiene una influencia en el escucha que va más allá de las características sonoras del lugar. Las particularidades o belleza de una sala de conciertos aportan al disfrute del concierto de tal manera que, a lo largo de la historia, algunos de los más grandes arquitectos han dedicado sus mayores esfuerzos a la proyección de salas de conciertos que han llegado a ser iconos en los paisajes visuales que identifican a algunas de las ciudades más importantes del mundo.




 
 
Pensemos, por ejemplo, en la Ópera de Sídney, el Lincoln Center en Nueva York, la Ópera Garnier de París, y el Teatro Colón de Buenos Aires; es difícil imaginarse muchas ciudades sin estos espacios emblemáticos. En la Ciudad de México, inequívocamente, tenemos al hermoso Palacio de Bellas Artes.




El proyecto original del Palacio de Bellas Artes, que en sus inicios recibió el nombre de Teatro Nacional, fue realizado por el arquitecto italiano Adamo Boari (1863-1928) en 1904. La construcción inició en 1905 y, por distintos problemas técnicos y por la revolución, la obra fue interrumpida durante muchos años. En 1932 la obra fue reasignada al arquitecto Ignacio Mariscal, y a Alberto J. Pani como encargado de la ingeniería.

 
Con este nuevo equipo de trabajo el proyecto sufrió diversas transformaciones, principalmente en los interiores, como se puede notar en el acento art decó que estaba ausente en el plan original. La obra fue finalmente inaugurada en el año de 1934.



Art Decó interior Palacio de Bellas Artes

Art Decó interior Palacio de Bellas Artes

Importantes artistas plásticos fueron contratados en la primera etapa de la construcción: Antonio Boni estuvo encargado de los desnudos de las fachadas laterales, Leonardo Bistolfi de los ornamentos en el frente, y el conjunto de la cópula la realizó Geza Maroti.

 
Esculturas Palacio de Bellas Artes

 
Esculturas Palacio de Bellas Artes

Esculturas Palacio de Bellas Artes

El espectacular telón del escenario, con un peso de 22 toneladas, está compuesto por un millón de cristales y fue armando, sobre un diseño de Gerardo Murillo —Doctor Átl—, por la firma Tiffany de Nueva York.  




Cortina de cristal Palacio de Bellas Artes


Detalle de cortina de cristal Palacio de Bellas Artes
De 2008 a 2010 se llevó a cabo una importante renovación de este recinto artístico en la que se intervinieron plataformas, tramoya, escenario, foso, iluminación, acústica, cabinas y butaquería. Si bien no faltó una ácida crítica por parte del gremio de arquitectos y artistas de toda índole, puesto que consideraron que algunas trasformaciones no correspondían a los proyectos originales del Palacio, pienso que haber distanciado las filas de butacas y haber cambiado la concha acústica del escenario fueron unas decisiones muy acertadas, puesto que contribuyeron a la comodidad del espectador y a la mejora de la acústica que, en un pasado, era muy deficiente sobre todo en la sección de Luneta (planta baja).  

Panorámica Palacio de Bellas Artes

Desde su inauguración el Palacio de Bellas Artes fue sede de la Orquesta Sinfónica Nacional; orquesta que fue inaugurada por Carlos Chávez en 1928 con el nombre de Orquesta Sinfónica de México. Algunos de los solistas más destacados que han tocado acompañados por este orquesta representativa de México, son Yo-yo Ma, Rostropovich, Jessye Norman, Federica von Stade, Francisco Araiza y Plácido Domingo, entre muchos otros de los grandes artistas del siglo XX y XXI. La dirección actual de la Orquesta Sinfónica Nacional está a cargo de Carlos Miguel Prieto, uno de los directores mexicanos más sobresalientes de los tiempos actuales.


Es importante recordar que el Palacio de Bellas Artes ofrece mucha más que su sala principal de conciertos. Dentro de este emblemático recinto de la cultura mexicana también se encuentra la Sala Manuel M. Ponce; el Museo del Palacio de Bellas Artes; el Museo Nacional de Arquitectura; una galería con murales de algunos de los más importantes artistas plásticos de México, tales como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, y Rufino Tamayo; además de un exquisito restaurante, librería y tiendas de recuerdos y objetos artísticos. 

El hombre en el cruce de caminios por Diego Rivera

El hombre en el cruce de caminios por Diego Rivera
Cuando sales del Palacio te cruzas con todo tipo de expresiones artísticas, populares y culinarias que hablan de la multiplicidad cultural y tradicional de México. Por ejemplo, puedes encontrarte cómicos y merolicos, el vendedor de globos, el organillero, o el bolero que suple el rechinar del trapo con un chiflido. No dejes de visitar algunos de los restaurantes de prominente tradición aledaños a Bellas Artes, como el Café Tacuba; el Bar la Ópera —con su famoso balazo de Villa en el techo—; la Casa de los Azulejos, que alberga un Sanborns cuyas escaleras están rematadas por un mural de José Clemente Orozco; y los deliciosos Churros el Moro que, desde 1935, son líderes de la “churrería” mexicana.


Bar la Ópera
Balazo de Villa en Bar la Ópera

Café Tacuba
A unos pasos del Palacio no pierdas la oportunidad de caminar el corredor peatonal de la calle Francisco I. Madero; visitar el Palacio de Correos, inaugurado en 1907, una belleza ecléctica arquitectónica que muestra ejemplos sobresalientes del plateresco, rococó, gótico, morisco, neoclásico, barroco y art decó; y, por supuesto, la recién remodelada Alameda, donde puedes ser testigo de una jugada profesional de ajedrez, un concierto de banda de alientos y observar una pléyade de Reyes Magos durante el tiempo de epifanía que hacen cuestionarse al niño más ingenuo: “¿No eran sólo tres los Reyes Magos?” A unas pocas cuadras, los mariachis de Garibaldi.



Palacio de Correos

Alameda Central
Alameda Central

Párate en la puerta principal del Palacio de Bellas Artes, observa fijamente el entorno que te rodea y, sin dejar en pensar en el impactante legado artístico a tus espaldas, escucha el sonido de la ciudad, los sonidos de la historia, de los sueños, de la nostalgia, de la esperanza de todo transeúnte; entonces experimentarás en carne propia, junto con Guadalupe Trigo, la esencia de esta inigualable urbe:




Palacio de Bellas Artes


“Mi ciudad es chinampa en un lago escondido,
es cenzontle que busca en dónde hacer nido, rehilete que engaña la vista al girar… Mi ciudad es la cuna de un niño dormido, es un bosque de espejos que cuida un castillo, 
monumentos de gloria que velan su andar... Es un sol con penacho y sarape veteado,
que en las noches se viste de charro,
y se pone a cantarle al amor.”

Mi ciudad es chinampa...

¡Hasta la próxima!


sábado, 13 de julio de 2013

El arte de recibir



La mesa es el punto de encuentro donde se confabulan los alimentos, el diseño y los corazones de los seres queridos.

Mesa punto de encuentro

¿Qué sentido tendría tener una casa hermosa si no la compartimos con nuestra familia y amigos? ¿De qué sirve tener todo ordenado y lindo si no nos damos el tiempo de disfrutarlo?
 
Manhattan


Recibir en casa es una actividad importante en nuestras vidas. Reunirnos nos hace crecer, nos distrae, nos relaja, nos acerca y mejora; estar cerca de los amigos o de la familia nos hace más humanos. La vida tan acelerada en las grandes ciudades, las presiones, el elevado costo de las cosas, los horarios de trabajo, las distancias y el tráfico han convertido las reuniones de familiares o amigos en un reto, pero valen la pena.

La Provenza

La Provenza

Las casas son para usarse, para disfrutarse; invertimos mucho tiempo, dinero y esfuerzo en tener una casa acogedora y bella, y la mejor manera de disfrutarla es compartiéndola. Cualquier pretexto es bueno para invitar.

El arte de recibir


Ser un buen anfitrión conlleva mucho esfuerzo, dedicación y planeación, pero ofrece una gran recompensa recordar importantes momentos de nuestras vidas con nuestros invitados, compartir momentos de dolor, risas, acontecimientos importantes laborales o académicos, el nacimiento de un hijo, la despedida de un compañero…

Planeación

Parte importante de toda reunión es el espacio donde la realizamos: sala, estar, comedor, cocina, terraza, o cualquier otro lugar. Preparar una buena comida o una sabrosa cena con la mesa bellamente dispuesta es fundamental para disfrutar del evento. Esto no debe implicar grandes lujos; es, simplemente, pensar en los demás, atenderlos, ocuparse de que pasen momentos inolvidables. Significa una pequeña entrega, ser generosos con nuestro tiempo y nuestras cosas.

Mesa dispuesta
Importancia de los complementos

Algunas reglas básicas


Para recibir en casa lo primero que se debe hacer es definir el tipo de reunión. Últimamente he tenido que organizar varios eventos importantes en nuestra casa: un bautizo, una fiesta de dos años, una primera comunión, una fiesta de cinco años, cenas formales, algunas casuales, y comidas familiares. Para cada caso debo adecuar el espacio, elegir el menú y pensar en las condiciones necesarias del evento específico para que la reunifico ﷽﷽﷽﷽﷽cer es ra las visitas.o en cuetiniaos, pues de otra manera podemos hacerlos sentir ón sea exitosa.

 
Comida casual

Comida formal


Es indispensable tener todo listo al momento que lleguen los invitados, pues de otra manera podemos hacerlos sentir como si la reunión estuviera improvisada, como si no planeamos o preparamos su visita.

 
Comida campestre


Cuando nos sentamos a la mesa, ya sea en un desayuno, comida o cena, parte importantísima para disfrutar de los alimentos es la forma de vestir la mesa; para cada ocasión la coloco diferente, pero siempre me divierto al buscar la combinación de la vajilla con los individuales, con las servilletas y con el centro de mesa. No siempre utilizo un arreglo formal de flores compradas, a veces hago un arreglo con flores y plantas del jardín; otras veces utilizo flores combinadas con verduras y frutas, y en otras ocasiones lo hago con velas y trozos de enredadera. La idea es tener el detalle de una mesa lista y preparada para recibir.

Detalle de una mesa lista


En la medida de lo posible hay que evitar—exceptuando por las fiestas infantiles— las vajillas desechables. Aún más importante es nunca servir vino en vasos de plástico. Incluso para un picnic existen copas de plástico que tienen la forma de una copa verdadera e “imitan” el material del cristal.

Vestir la mesa
Comedor


La sala es el primer lugar al que comúnmente se pasan a los visitantes; se les debe invitar a sentarse, y para que se sientan cómodos se recomienda coloca en la mesa de centro algunas botanas, bien dispuestas en platos arreglados, para picar antes de pasar a la mesa principal. Preguntarles inmediatamente qué desean beber es un detalle fundamental.

El arte de recibir

El arte de recibir


Para generar un ambiente agradable y acogedor es necesario contar con la iluminación adecuada. Una luz artificial fría y muy fuerte es molesta y poco acogedora; la luz de las velas ayuda a generar un ambiente confortable al ambiente.

Iluminación adecuada
Iluminación con velas


La música es un elemento clave para el éxito de una reunión. Ésta se debe poner a un volumen agradable, que permita escuchar una conversación y que, al mismo tiempo, nos llene y alegre el ambiente. El tipo de música que tenemos que seleccionar dependerá de las personas que hemos invitado al evento en turno.

Iluminación

Las reuniones se desenvuelven alrededor de los alimentos y, por tanto, es esencial ofrecer comida sabrosa. Mi gran fascinación es diseñar la forma de presentar la comida; soy una persona muy visual y los colores y diseños de los platos son lo que me cautivan en primer lugar. Definitivamente el sabor es los más importante, pero la forma de presentar y combinar la comida me parece que ayuda mucho a disfrutar la experiencia.
 
El arte de recibir
Presentación de la comida


Recibir a invitados pequeñitos no es tan diferente que recibir a adultos. De igual manera, si tenemos lo necesario dispuesto y organizado para agasajarlos, la vivencia será más placentera. Lo que sí cambia es la forma de disponer las cosas: colocar platos y vasos de plástico puede ser una buena opción, y existen diseños mucho más lindos que otros; combinarlos en colores solidos a juego con servilletas, manteles y cubiertos nos ayuda para poner las mesas divertidas y atractivas.

Mesa de niños

Mesa divertida y atractiva


Las mesas de dulces están muy de moda; las podemos mandar a hacer o, sin gastar mucho dinero, las podemos hacer nosotros mismos. Para que luzcan estas mesas el secreto está en combinar los colores y la forma de colocar los distintos dulces y arreglos.

Mesa de dulces

Lo más importante
Un ingrediente fundamental para una reunión es que se hablen asuntos de interés para todos; que la conversación sea incluyente, amena y divertida. Generar conversaciones interesantes y con contenido atractivo es lo que hará que el encuentro sea memorable. Parte imprescindible de este tema es saber “escuchar” a los demás y no buscar acaparar la conversación de toda la velada.

Lugar para conversar


El éxito de una fiesta no tiene nada que ver con la cantidad de dinero que se gasta en el menú, o con el hecho de contratar meseros, tener cristalería o cubiertos y manteles muy finos. Lo importante es crear una atmósfera armónica y acogedora que hace sentir cómodos y bienvenidos a los demás. Un anfitrión contento y relajado que sirve una comida sencilla y rica nos hace sentir mejor que un chef que incluye, como plato principal del menú, un guisado de “ansiedad”.

Atmósfera armónica

El arte de compartir

Cuando decidimos invitar, es probable que nos preocupe no tener todo lo necesario, no ser los mejores cocineros, no tener una vajilla elegante o las copas adecuadas, que la casa no esté impecable, la falta de ayuda… si falta algo de eso, no pasa nada. Si queremos que nuestra comida, cena o coctel sean todo un suceso, más importante que todas las cosas materiales con las que podamos o no contar, es necesario abrir nuestra casa a nuestros seres queridos mostrando con sinceridad y naturalidad nuestro rostro cotidiano, y extendiendo la mano con un corazón abierto a la entrega, la comprensión y la amistad.

El arte de recibir

El arte de recibir


¡Hasta la próxima!

Mariangel Coghlan