alebrije. m. 1. Monstruo nacido en
México. 2. Se alimenta de sacos,
abrigos y suéteres de las visitas. 3. La
abundancia de su alimento es proporcional al cariño, la amistad y el amor
compartidos con los seres queridos.
Siempre
es emocionante plantearnos un nuevo reto, una idea diferente, un sueño
distinto. Diseñar porque sí es algo que no ocurre fácilmente, necesitamos un
pretexto, una motivación y un objetivo concreto. Cuando escuché del Abierto Mexicano de Diseño y que en la primera edición el tema serían “los oficios”,
inmediatamente pensé en crear algo especialmente para esta ocasión.
Realizar
algo original, con calidad y que represente lo que hacemos como firma de
interiorismo, fue la premisa inicial. Después de mucho analizar y reflexionar
junto con todo mi equipo creativo, llegamos a la conclusión de que deberíamos
realizar una pieza que actuara como firma en los espacios que intervenimos, que
fuera un objeto con una utilidad práctica y que, a la vez, funcionara como una obra
escultórica que por sí misma tuviera un valor estético. De esta manera nació la
idea de crear un perchero al cual denominamos “alebrije”.
¿Porqué
reinventar un perchero y presentarlo bajo la perspectiva de un alebrije? Parte
de la inspiración para realizar esta pieza proviene de mi concepto del estilo
FUSION+MÉXICO: el resultado de la reflexión sobre la interdependencia
internacional de tendencias del diseño de interiores a la luz de las
maravillosas formas, colores y recursos naturales que, muy particularmente,
ofrece México.
Conocer
la historia y peculiaridades de los alebrijes me permitió utilizar los recursos
plásticos de estos peculiares personajes para crear una pieza original y
colorida que representa nuestro estilo como firma de interiorismo.
El proceso creativo fue muy interesante y enriquecedor. Iniciamos un día temprano, en una de nuestras habituales reuniones de trabajo semanales donde discutimos distintos temas de diseño, nuevos proyectos y propuestas. Fue ahí donde comenzamos a bosquejar ideas y acabamos haciendo maquetas de cómo visualizábamos nuestra pieza. Siempre me esfuerzo por ser puntual en los tiempos y muy exacta para cumplir con la agenda de los temas del día; en esa ocasión nos entusiasmamos tanto realizando el alebrije que el tiempo se nos fue y nos extendimos mucho más de la cuenta, por lo que tuve prácticamente que correrlos de mi oficina para que regresáramos al trabajo habitual y yo pudiera atender una cita que ya tenía programada; de no ser así nos hubiéramos seguido.
Ese
fue uno de los momentos en los que es difícil dejar de trabajar puesto que se
está disfrutando, porque estamos a punto de realizar algo que nos parece
genial; es la mejor parte de amar nuestra profesión: gozar con la creación de
algo nuevo.
Sin
embargo, no todos los procesos son miel sobre hojuelas, pues existe una parte compleja
que es necesaria para convertir un diseño en realidad, me refiero a los costos
de producción; un eslabón que se tiene que analizar y pensar muy bien para que
todo el diseño funcione y sea asequible. Nos dimos a la tarea de estudiar
varias posibilidades de fabricación con distintos materiales, hicimos un
modelado en 3d, analizamos varias cotizaciones, fabricamos un primer prototipo,
corregimos la forma de ensamble y las dimensiones, realizamos un segundo
prototipo y nos enamoramos del resultado.
Inicialmente
consideré realizar las piezas en doce colores, los mismos que los de nuestro
pocket “12 matices”, pero después de hacer pruebas de la aplicación del color y
seleccionar los tonos, concluimos fabricar sólo siete colores en nuestra
primera edición.
La
idea es que de las tres piezas (patas) que conforman el perchero, una esté
decorada a mano con los mismos colores y los dibujos tradicionales de un alebrije. Estudié los diseños de los alebrijes, las
aplicaciones de color, seleccioné los que más me atraían y encargué que me
pintaran los primeros prototipos. Desde el inicio pensé que era algo que quería
hacer personalmente, pero debido a la gran carga de trabajo, la presentación y
transformación de nuestro showroom, la participación en design house, atender a mis clientes, supervisar la producción
periódica de nuestras colecciones de mobiliario, escribir periódicamente para
compartirles mis aventuras, ser mamá de cuatro pequeños, esposa y ama de casa,
mi tiempo es muy valioso y con todo el susto del mundo decidí delegarlo.
Cuando
fui a revisar los avances la primera vez, he de confesarles que casi me da un ataque;
no pude dormir, pues lo que llevaban trabajado estaba muy bien ejecutado,
perfectamente realizado, sin embargo, no era lo que yo quería ni lo que tenía
en mente. Una vez más el tiempo jugaba en mi contra pues se acercaba la fecha
de la presentación y mi idea de tener siete alebrijes perfectamente terminados
se empezaba a ver confusa. Por si no fuera suficiente, también estaba teniendo
problemas con la pintura por el mal tiempo; la humedad es algo que no favorece
en el proceso de pintura.
Después
de hablar con algunos integrantes de mi equipo concluí que tendríamos que
deshacer lo realizado y volver a empezar, así que decidí hacerlo personalmente.
El domingo, dos días antes de la presentación, me fui con mis hijas a comprar
todo lo necesario para intervenir mis alebrijes. Fue un trabajo complejo y muy
laborioso… después de muchas horas de trabajo en mi casa pude terminar, muy
noche, dos versiones.
A
todas estas cuestiones le tenemos que sumar que mi bebé se enfermó y tuve que
llevarlo al doctor y dedicarle más atención; mientras pintaba el alebrije lo
tenía cargado y en más de una ocasión metió sus manitas a la pintura y me hizo
un “batidillo”. Afortunadamente, mi esposo se llevó a los otros tres al cine
mientras yo intentaba terminar las piezas.
El
resultado de un esfuerzo arduo, realizado en equipo y que ofrece una propuesta
innovadora no puede ser menos que satisfactoria; siempre mantuvimos la
determinación de ofrecer una pieza que representara, en un solo espacio, la
calidad, profesionalismo y amor que en nuestra firma tenemos por nuestro
trabajo. Los obstáculos con los que nos enfrentamos en este camino son matices
que, como los colores de un alebrije, nos alegran y dan significado a la vida.
¡Hasta
la próxima!
Me encantó ser parte de este reto y el resultado fue maravilloso! Felicidades equipo!
ResponderEliminarEs verdad, disfrutamos mucho esa sesión en donde generamos el concepto, hicimos maquetas y empezamos a darle forma a los alebrijes. Es de mis partes favoritas del proceso creativo :D
ResponderEliminarEl resultado me sorprendió y espero pronto tener uno en mi casa
Tiene gran valor pertenecer a una firma en la que el diseño y la creatividad se pueden llevar más allá de los límites convencionales. Aunque nos enfocamos al interiorismo tenemos la posibilidad de explotar el diseño como lo queramos y así crear cosas nuevas que complementen nuestro trabajo y hagan más armoniosos los espacios que intervenimos. Creo que vamos por buen camino y vendrán muchas más creaciones grandiosas por parte de todos nosotros como equipo y como apasionados del diseño y la creatividad.
ResponderEliminarEl "alebrije" es una pieza increíble!! Ojalá el próximo año podamos participar todavía más en el AMD pues hay mucho que aprender y mucho que compartir!
ResponderEliminarEl proceso de diseño fue padrísimo. Se ve que se respira diseño en la firma y el Alebrije tiene una partecita de cada uno de los miembros de equipo
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