lunes, 5 de noviembre de 2012

Intimidades tras bambalinas

El trabajo más importante de un diseñador ocurre durante el estudio del espacio y en la elección del concepto rector; el de un director de orquesta al elegir y ensayar las obras que se van a interpretar; el de un chef, durante la selección de los ingredientes y su acertada cocción; el de un periodista, al ponderar qué es lo más relevante para ser comunicado. El éxito de un congreso, de alguna manera, depende de todos esos puntos: que se escojan los espacios más convenientes; que se elijan adecuadamente a los conferencistas; que se prepare el escenario con la selección correcta de objetos, pantallas y sonido; y que se comuniquen sus resultados. Para todo esto, ¡se necesita mucha planeación!

Desde el mes de abril de este año me invitaron a participar en el V Congreso Internacional de Diseño de Interiores y Arquitectura que se llevó a cabo, del 25 al 27 de octubre, en el Hotel RIU de Guadalajara, Jalisco.

El presidente de la Sociedad Mexicana de Interioristas (SMI), el Arquitecto Julio César Chávez, quien muy amablemente me invitó a participar, me solicitó que hablara de mi trabajo y que mostrará a los estudiantes algo de mi obra; mi intención era dejarles algunas ideas que a ellos les pudieran servir para ser mejores diseñadores y no solamente que conocieran lo que hacemos en mi firma. Pasaron los días, las semanas y los meses, y en menos de lo pensado llegó el día previo para partir a Guadalajara.

Como dijo muy sabiamente la reconocida diseñadora Adriana Hoyos al iniciar su conferencia en este Congreso: “Tenemos la mejor profesión del mundo.” Pero, yo añado, en esta maravillosa profesión, como en muchas otras, no sobra el tiempo; siempre hay mucho que hacer, que diseñar, que proyectar, y ¡el tiempo vuela!

Soy muy consciente de la importancia de preparar bien las cosas, por lo que muy temprano en la mañana, el día anterior de volar hacia este Congreso, reuní a parte de mi equipo y les pedí que me ayudaran a preparar la presentación para la conferencia; me “encantó” su optimismo cuando me dijeron que la tendrían lista a más tardar en una hora. Yo ya había escrito y desarrollado el guión de lo que quería hablar: “Cómo vivir mejor a través del buen diseño”. Me parece que el contenido es muy importante, sin embargo, hablar de diseño sin imágenes es como pretender aprender a nadar sin agua; para hablar de diseño el apoyo visual es fundamental.

Dejé a mi súper equipo el encargo de armar la presentación grafica y me fui a varias citas importantes de trabajo. Pude sentarme a ver la presentación hasta ya muy entrada la noche, y cual fue mi sorpresa de que aún no estaba completa, la “hora” resulto que se había prolongado más de lo previsto, pero gracias a la dedicación y entusiasmo de Angie, Paco y Yez, talentosos diseñadores de la firma, quienes a pesar del cansancio seguían depurando y mejorando la presentación, aunque ¡claro! faltaba mi supervisión y, como se imaginarán, hubo que hacer ajustes, aumentar imágenes, corregir detalles… el tiempo seguía corriendo.

En ese momento yo ya estaba en casa. Tengo dos niñas pequeñas y un bebe de año y medio que no quería soltarse de su mamá, pues estaba con calentura, además que está súper “chipi” porque viene el cuarto en camino; esta situación —que es lo más importante de mi vida— complica el trabajo y la eficacia. La hora sagrada de tenerlos felizmente dormidos es el momento ideal para poder avanzar en el trabajo, pero no siempre se logra tener esta calma; cuando llega una fecha límite hay que terminar y tener las cosas listas a pesar de las circunstancias. Debo decir que no lograría hacer lo que hago sin el valiosísimo apoyo de mi maravilloso esposo, quien siempre me impulsa a ser mejor y a dar más.

Todo un día de citas, un PowerPoint en proceso, un bebé con calentura y, además, tenía que entregar mi colaboración para esta columna… ¡ya eran más de las doce de la noche!

Finalmente, ya en la madrugada, me pude ir a dormir. Por supuesto, que con un bebe encima pues nunca se quiso quedar en su cuna. La levantada tan temprano cuando aun es de noche es difícil, sin embargo es la hora en que mi niña grande se va al colegio y es una buena oportunidad de verla y despedirme; dejo a mi bebé y a la otra niña con un nudo en la garganta y me voy rumbo al aeropuerto, sin que aun haya salido el sol.

Llegué bien al aeropuerto; claro está, después de una hora y media de camino en esta “desahogada” ciudad de México. Ya en Guadalajara, en el RIU, quise probar que mi presentación corriera bien; todos muy amables, atentos y dispuestos a ayudar. Me paré en el estrado en donde me indicaron que debería dar la conferencia. La sala bastante grande con un escenario muy generoso y bien planteado, tenía dos grandes pantallas a los lados y al centro un pequeño monitor viendo hacia el escenario para que los conferencistas pudieran seguir la presentación.

Todo estaba dispuesto y listo. Se disculparon porque sólo tendría una hora para arreglarme, me dio risa pues ¡nunca dispongo de tanto tiempo para esos asuntos! Finalmente llegó el momento de la inauguración del Congreso. Estuvieron presentes autoridades del Estado de Jalisco, María Rosario Mendoza —a quien se le otorgó la medalla “Cruz de Tolsá” como reconocimiento a su trayectoria profesional—, y una sala llena con seiscientos asistentes aproximadamente. Después de las palabras y la inauguración formal llegó el momento de mi conferencia.

Yo había entendido que tendría un micrófono móvil y que podría colocarme al centro del escenario, pero cuando pasé al frente me pidieron que hablara desde el atril, pues ahí estaban los micrófonos. Cuál fue mi sorpresa al comprobar que desde donde estaba ubicada veía el monitor con las imágenes perfectamente bien, pero no podía leer nada del texto pues las letras se veían diminutas, ¡de momento me entró el pánico!

Evidentemente tuve que sobreponerme al susto y concentrarme para lo que había sido invitada: compartir mis experiencias con muchos jóvenes estudiantes interesados en preparase para ser buenos profesionistas. Hice mi mejor esfuerzo por tratar de conectar con ellos y llegar a sus emociones dejándoles un mensaje claro: el trabajo bien hecho, con amor y pasión, además de que se disfruta enormemente, te lleva a alcanzar tus sueños, todo el esfuerzo que se pone en realizarlos vale la pena.

Con Karen Collignon
Para mí fue una gran experiencia asistir a este Congreso no sólo por la oportunidad de expresar y compartir mi pasión por el diseño, sino por el hecho de haber convivido con otros conferencistas de gran prestigio. El primer día fuimos invitados a un coctel en el showroom de la diseñadora Karen Collignon en el nuevo centro comercial Andares. Un evento esplendido: montado y servido magistralmente, el lugar se “vistió de bosque”, era como entrar en “sueño de una noche de verano”, todos los comensales muy agradables, provenientes de distintas partes de México y del mundo, disfrutamos de una conversación muy interesante, una comida deliciosa, sin duda, una gran noche.

Con Ezequiel Farca
Mi agotamiento y falta de sueño no fueron suficientes para impedir que asistiera a las conferencias de grandes arquitectos y diseñadores como Ezequiel Farca, Miguel Ángel Aragonés y Adriana de Hoyos. Las conversaciones con todos ellos durante los recesos y cenas, además de profundas, fueron realmente divertidas.

Esta profesión del diseño es verdaderamente apasionante, te permite conocer a mucha gente interesante, visitar lugares hermosos; no hay dos días iguales, de pronto estás en la playa y después estás esperando tomar un vuelo como en estos momentos y descubres que es imposible viajar por el mal clima. De todo esto se aprende, cada experiencia se puede disfrutar y cada momento puede ser aprovechado.

Miguel Ángel Aragonés, Ezeqiel Farca, Rocio Jiménez y Yezmín Haua
Agradezco a Julio César, y a su equipo de trabajo, por haberme invitado al V Congreso Internacional de Diseño de Interiores y Arquitectura, y los felicito por esta excelente iniciativa que promueve el buen diseño y la arquitectura en nuestro país. También agradezco a Rocío Jiménez de Casa Haus, quien fue una encantadora anfitriona, siempre atenta y servicial; hizo de nuestra estancia una experiencia inolvidable.

Disfruto mucho de compartir con los demás algo que me apasiona; me perfecciona como persona, como profesional. Espero que al compartir lo que hago colabore con mis colegas en su labor pero, sobre todo, con los jóvenes estudiantes que sueñan en un México mejor planeado, mejor diseñado, más hermoso.

Hasta la próxima.


2 comentarios:

  1. Mariangel, qué excelente reseña de lo que fue todo el evento, y qué bonito conocerlo desde tu perspectiva y tu preparación al mismo. Me encantó haberte conocido personalmente, después de todo este tiempo! Un abrazo!

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