“Al final, lo que
importa no son los años de vida, sino la vida de los años.”
Abraham Lincoln
El
arquitecto brasileño Oscar Niemeyer no sólo tuvo una muy larga vida —104 años—;
vivió profundamente cada uno de esos años.
Oscar Niemeyer |
Es difícil
imaginar que se pueda crear en cuatro años, de la nada, una ciudad con el
propósito de albergar el poder político de la nación más grande de América
Latina. Para esto se requiere de alguien con gran poder económico y social,
alguien que distribuye el contenido y alguien que diseña el contendido: un
político, un urbanista y un arquitecto; Juscelino Kubitschek, Lúcio Costa y
Oscar Niemeyer. El resultado: Brasilia, la capital federal de Brasil.
Brasilia |
Inspirados
por la Carta de Atenas (1933), fruto del IV Congreso Internacional de
Arquitectura Moderna, donde se defiende la necesidad de una separación
funcional de los lugares de residencia, esparcimiento y trabajo, cuestionando la
configuración y densidad de las ciudades tradicionales, en el año de 1956 se inició,
en una extensa meseta despoblada y distante del Atlántico, la construcción de
Brasilia. El arquitecto Lúcio Costa ganó el concurso para el diseño urbano de
la ciudad y, por recomendación del presidente Juscelino Kubitschek, Oscar
Niemeyer fue contratado como principal arquitecto de los edificios públicos,
administrativos, residenciales y comerciales más importantes de esta nueva
capital brasileña.
Oscar Niemeyer y Lúcio Costa |
Entre
los edificios más emblemáticos proyectados por Niemeyer para Brasilia se
encuentran el Palácio da Alvorada, el Congreso Nacional, el Palacio de
Itamaraty, la sede del Tribunal Federal supremo, el Palacio del Planalto y la
Catedral de Brasilia. De ésta última, por su belleza e importancia en el
discurso arquitectónico del siglo XX, comentaré brevemente sus
características.
Palacio da Alvorada |
La Catedral
de Brasilia representa dignamente una ciudad cuyas características de
modernidad y planeación originales la distinguen de cualquier otra ciudad
latinoamericana. Esta Catedral está plantada en una base redonda con un diámetro
de 70 metros (para darse una idea, la Basílica de Guadalupe tiene 100 metros de
diámetro), y la estructura está formada por 16 columnas de concreto, con forma
parabólica y con un peso de 90 toneladas cada una, que representan dos manos
elevándose al cielo.
La Catedral de Brasilia |
Los
evangelistas, obra del escultor Dante Croce, de bronce y con 3 metros de
altura, se yerguen en la plaza externa de la Catedral como cuatro gigantes que
resguardan la Catedral y muestran el camino a la celebración litúrgica. Dentro
de la Catedral, custodiando el recinto, flotan tres grandes ángeles suspendidos
desde el techo por gruesos cables de acero.
Los
espacios de las columnas de concreto están conformados por 16 vitrales,
pintados en 1990 por la artista brasileña-francesa Marianne Peretti con
distintas gamas de azules, verdes y café que rememoran los colores y figuras
abstractas de Matisse.
La Catedral de Brasilia |
El
altar fue donado por el Papa Paulo VI y el nombre oficial es el de “Catedral
Metropolitana Nossa Senhora Aparecida”, en honor a Nuestra Señora Aparecida,
patrona de Brasil.
El Altar de la Catedral de Brasilia |
Otros
trabajos importantes de Oscar Niemeyer, fuera de Brasilia, son el Museo de Arte
Contemporáneo en la ciudad de Noterói, en el estado de Río de Janeiro, y
realizado a los 100 años de edad del arquitecto; su forma recuerda la de un
objeto supersónico no identificado o, más románticamente, el de una flor. El
Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, descrita por su creador como: "Una
plaza abierta a todo el mundo, un lugar para la educación, la cultura y la
paz", es su único trabajo en España.
Cento Cultural Internacional Oscar Niemeyer |
En el
2002, en la ciudad de Curitiba al sudeste de Brasil, como anexo a su propio
edificio de 1974, agregó un audaz edificio con forma de ojo gigante que
conforma el Museo Oscar Niemeyer; las oficinas corporativas de la compañía
editora italiana Mondadori cerca de Milán; las oficinas del Partido Comunista
Francés; el Casino de Funchal en Madeira; y la sede de la ONU en Nueva York —en
colaboración con el legendario Le Corbusier—, son sólo unos cuantos ejemplos de
la inmortal obra de Niemeyer.
Cento Cultural Internacional Oscar Niemeyer |
Entre
muchos reconocimientos que este gran arquitecto recibió se encuentran el Premio
Pritzker en 1987, el premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1989, títulos
de Doctor Honoris Causa de la Universidad de São Paulo y de la Universidad de
Minas Gerais, la Royal Gold Medal del Royal Institute of British Architects en
1998, el Premio Unesco 2001, el Premio Imperial Japon en 2004, y el título de
Comendador de la Orden Nacional de la Legion de Honor del Gobierno de Francia
en 2007.
Cento Cultural Internacional Oscar Niemeyer |
El
caso de la ciudad de Brasilia, donde Niemeyer quiso crear una urbe en la que
por medio de los espacios arquitectónicos todos los hombres pudieran disfrutar de
los mismos derechos, posibilidades y medios materiales, fue un intento de cristalizar
su afinidad a la doctrina comunista, situación que le acarreó a lo largo de su
vida fuertes desencuentros al mismo tiempo que un gran reconocimiento por parte
de Rusia, como lo muestra el hecho de haber recibido de manos de Vladímir Putin
la Orden de la Amistad en 2007, en el centenario de su nacimiento.
Cento Cultural Internacional Oscar Niemeyer |
Su
arquitectura curvilínea que evita incansablemente la línea recta, sus
innovadores proyectos que retan el presente y sus formas que desafían a los
espacios descritos en los textos de ciencia ficción, lo trasforman en un Julio
Verne de la arquitectura del siglo XX y, todavía, del XXI. Fue un personaje que
definitivamente ayudó a configurar el espacio vivencial de su país; feliz
nación hermana cuna de grandes virtuosos del balón, escenario de la samba y la
bossa nova, de las playas perpetuas, los carnavales y bailes interminables… el
Brasil de hoy no se comprendería sin la intervención arquitectónica de Oscar
Niemeyer. Que descanse en paz.
¡Hasta
la próxima!
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