“La
fotografía, como medio de gran alcance de la expresión y de comunicaciones,
ofrece una variedad infinita de opiniones, de interpretaciones y de
ejecuciones”.
Ansel
Adams
La
descripción clásica de la fotografía nos dice que es el arte y la técnica para
obtener imágenes duraderas debidas a la acción de la luz. La fotografía como
arte ha ido evolucionando con el paso del tiempo y, por consiguiente, se ha ido
construyendo un lenguaje artístico en relación a ésta.
A
lo largo de mi quehacer profesional como interiorista he podido ponderar la
importancia y la utilidad de las imágenes fotográficas; la forma de ver y apreciar
otros espacios es a través de ellas. Gracias a este recurso podemos conocer
cualquier parte del mundo sin tener que desplazarnos, nos ayudan a mostrar
nuestras ideas y conceptos a los clientes y recopilar el trabajo realizado.
En
algunos casos las fotografías nos atrapan y nos hacen desear estar en ese
lugar, en otras ocasiones nos permiten analizar el sitio y el diseño, a veces
la imagen no refleja con exactitud el espacio y lo hace ver de una manera poco
atractiva, pero lo que es una constante es: “la fuerza de la imagen”.
En
el mundo en que vivimos estamos rodeados de imágenes provenientes de distintos
medios impresos y digitales, y es sorprendente la cantidad de imágenes diferentes
que podemos ver en unos segundos. Tenemos que aprender a digerir tanta información,
y usar y retener las imágenes que nos ayudan a inspirarnos.
Fotografía
especializada
Dentro
del campo de la fotografía hay muchas especialidades; la que nos interesa en
esta ocasión es la fotografía de interiorismo, que es distinta a la de
arquitectura, a la de paisaje, a la de moda, etcétera. En la fotografía de
interiores el espacio se aborda desde una perspectiva específica, intervienen
distintos componentes y se procura reflejar lo mejor de cada espacio.
Cuando
se diseña un lugar se piensa en todo el espacio teniendo en consideración las
distintas vistas y la distribución en función de las dimensiones y el uso
vivencial, mientras que al tomar una fotografía del sitio se analiza la
composición a través de la lente de la cámara para reflejar la propuesta que,
en este caso, quedará plasmada en un espacio estático que permite apreciarse únicamente
desde un ángulo. En algunos casos nos podemos desilusionar después de haber
visto una imagen y conocer el sitio pues no lo percibimos igual —la luz probablemente
no sea la misma y se vea distinto—, en otros casos nos podemos sorprender y
descubrir que un sitio es mejor que en una imagen vista previamente.
Desde
luego que una fotografía bien realizada y con buena iluminación, en donde se
resalta el color, se aprecia la textura y se percibe el ambiente, ayuda a ver y
conocer el proyecto; inclusive en algunos casos logra “engañar” y promete un mejor
resultado.
Retoque
fotográfico
La
utilización del retoque fotográfico cada día es más frecuente; es un recurso
que ayuda a mejorar la calidad de una imagen consiguiendo un resultado
notablemente superior con respecto a la imagen original.
La
tecnología actual permite un sinfín de posibilidades para transformar la
realidad en algo mucho mejor. Considero que como herramienta es un arma
interesante para hacer lucir más un espacio, pero no podemos olvidar que,
aunque se tenga la mejor cámara y todas las posibilidades técnicas para transformar
una imagen, un proyecto de interiorismo bien realizado es indispensable para
disfrutar un espacio real.
Elementos
imprescindibles para lograr una buen imagen
Cuando
hablamos de fotografías de interiores, lo primero que necesitamos para hacer
una buena imagen es tener un buen espacio; lo ideal es retratarlo con luz
natural, siempre considerando el brillo y el contraste para poder obtener un
equilibrio en la iluminación y en el balance de colores. La apertura, que es el
ajuste del diafragma de la lente, nos permite controlar la cantidad de luz. Hay
que situarse en un buen ángulo y tratar de obtener el mejor enfoque: se tiene
que conseguir que los colores en la imagen parezcan lo más naturales posibles,
que no estén sobresaturados o que no se sientan planos.
Para
lograr una bella foto considero que tienes que estar en el instante preciso,
con la luz adecuada y buscar un ángulo interesante. Reconozco el trabajo de todo
fotógrafo especialista que conoce los controles de una cámara, que sabe cómo obtener
una exposición correcta, que selecciona el ajuste de velocidad de disparo
exacto, que tiene experiencia con el balance de blancos y de colores, que
entiende a la perfección la longitud focal; en resumidas cuentas, que conoce el
arte de capturar imágenes.
Es
por esto que yo, para guardar mi portafolio profesional, contrato a uno de los
mejores fotógrafos de interiores que hay en nuestro país: Héctor Velasco Facio.
Me resulta interesante estar en una sesión fotográfica con él y analizar todos
los factores que influyen para lograr una buena toma. Siempre, de estas
experiencias, se aprenden cosas nuevas y se aprecia estar trabajando junto a un
experto.
Pasión
por las imágenes
Pienso
que a toda la gente le atraen las imágenes bellas, y es apasionante poder
disfrutar las fotografías que innumerables personas comparten desinteresadamente en las redes sociales. Al
tener la capacidad de apreciar y disfrutar tantas imágenes nos hacemos más
creativos y se nos ofrece la oportunidad de ser personas más completas, siempre
y cuando tengamos la ocasión de distinguir lo verdaderamente valioso y no
perdamos el tiempo viendo cosas que no nos sirven.
La
experiencia de ver el trabajo de otros es fascinante; apreciar imágenes bellas
nos permite gozar y deleitarnos de la belleza del mundo, nos traslada con la
imaginación a nuestro sitio ideal, accedemos a mundos nuevos y fascinantes, nos
permite soñar despiertos…