lunes, 6 de agosto de 2012

El Getty Center

“Es extremadamente difícil, y a veces imposible, interesar a la gente en obras de arte al menos que las puedan ver y sepan algo acerca de ellas.”
J. Paul Getty
Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles

En la ciudad de Los Ángeles, California, y sus alrededores, se pueden encontrar mucho más cosas que Disneyland, Hollywood y shopping. ¡También hay propuestas culturales de nivel internacional!

Walt Disney Concert Hall by Arturoramos
Por ejemplo, en el ámbito de la arquitectura se pueden descubrir, entre otras obras de gran valor, la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, abierta en el 2002 y diseñada por el arquitecto español Rafael Moneo (Premio Pritzker de Arquitectura 1996). El diseño de esta catedral se separó completamente de la estética tradicional de las misiones californianas, que influenciaron fuertemente la arquitectura religiosa de la zona, para ofrecer una obra postmodernista de dimensiones espectaculares, muy acorde a las necesidades y tiempos actuales de la Iglesia.

Otro ejemplo de gran valor arquitectónico es el Walt Disney Concert Hall, una extraordinaria obra de Frank Gehry (Premio Pritzker de Arquitectura 1989), estrenado en el 2003; es sede de la Filarmónica de Los Ángeles, una de las orquestas más importantes de Norteamérica, que actualmente trabaja bajo la batuta del joven y energético director venezolano Gustavo Dudamel. Toda una experiencia arquitectónica-musical.
Como último ejemplo está el tema que nos ocupa en esta ocasión: el Getty Center. El empresario perolero J. Paul Getty, quien fue considerado por la revista “Fortune”, en 1957, como el americano más rico de esa época, fue un entusiasta coleccionista de arte y antigüedades, y fundó un fideicomiso del cuál surgieron los fondos para crear y mantener el Getty Center.  

El arquitecto elegido para proyectar este centro cultural fue Richard Meyer (Premio Pritzker de Arquitectura 1984), de quien hablamos en la colaboración de hace cuatro semanas y, hasta el 26 de agosto, se está presentando una retrospectiva de su trabajo en el Museo Carrillo Gil, al sur de la Ciudad de México. El Getty Center, fundado en el año de 1997, con la utilización de materiales clásicos –como el mármol travertino– y bajo el modernismo arquitectónico de Meyer ofrece una propuesta museográfica de calidad y funcionalidad como pocas en el mundo.

Para acceder al Getty Center, ubicado en un enorme predio de poco más de 300 hectáreas, primeramente hay que estacionarse en un edificio de siete pisos subterráneos –toma tus precauciones si vas en sábado, pues me tomó alrededor de media hora encontrar un lugar–; desde ahí, para llegar al centro cultural, se accede por un tranvía que sube una empinada colina que lleva a la cima donde se encuentran los museos y edificios que componen este complejo cultural.


Los edificios principales del Getty Center comprenden cinco pabellones de exposiciones –algunos interconectados entre ellos–, un instituto de investigación y un instituto de conservación; además de cafeterías, un restaurante de alta cocina, y grandes áreas de jardines y plazas con excelentes propuestas de arquitectura de paisaje; todo los elementos arquitectónicos están relacionados por medio de cuadros y líneas que logran espacios con una muy afortunada relación orgánica entre ellos.

En las exposiciones permanentes se pueden apreciar, por mencionar sólo unas cuantas, obras pictóricas de anónimos italianos del siglo XIII y de Fra Angelico; del flamenco Rogier van der Weyden; de los españoles Goya y un hermoso San Francisco de Murillo; obras maestras de Rembrandt, tales como El rapto de Europa, Hombre viejo en traje militar, y Daniel y Ciro ante el ídolo Bel; un impresionante Cristo en la Cruz de El Greco;  obras de las distintas épocas del impresionismo –pre, apogeo y post-impresionismo– de Corot, Degas, Monet, Cézanne y van Gogh; del romántico inglés Turner, y del simbolista noruego Munch.

Buena parte de las exposiciones permanentes son dedicadas a las artes decorativas, además de importantes espacios destinados a la fotografía, escultura y los manuscritos; todas las obras acompañadas siempre de una muy clara y completa ficha técnica.

Las exposiciones temporales juegan un papel fundamental en el Getty Center. En la actualidad se encuentra una exposición temporal del fotógrafo californiano Herb Ritts, conocido por sus contrastes de blanco y negro y sus retratos al estilo de esculturas griegas. Otra exposición temporal es la titulada The Life of Art, la cual presenta cuatro objetos –una fuente de plata para mesa, un candelabro, una silla y un tazón– cuyas “vidas” o historias pueden ser exploradas por medio de presentaciones interactivas: por qué y para qué fueron creadas, cómo fueron creadas, quiénes han sido sus dueños anteriores, etcétera; una muestra especialmente didáctica.
Otra de las exposición temporales –entre las diez exposiciones temporales actualmente presentadas en el Getty Center– es la titulada Gustav Klimpt: The Magic of Line; una muestra de dibujos provenientes, en su mayoría, del Museo Albertina de Viena. Esta exposición cobra especial importancia puesto que Klimpt –figura seminal del modernismo internacional–, a través del dibujo que practicaba a diario, desarrolló sus temas trascendentales del sufrimiento humano, anhelo de amor y felicidad, y los ciclos de la vida desde el nacimiento hasta la muerte. Para comprender en profundidad a Klimpt es imprescindible conocer sus dibujos.

Los jardines son, en sí mismos, un tema completo en el Getty Center. Desde que se llega al centro cultural uno se encuentra con un jardín que, además de funcionar como una galería abierta de esculturas, provee de un “techo verde” al estacionamiento –ayudando a reducir el calor de la superficie y de todo el edificio subterráneo–. Una vez arriba en el complejo cultural, en el jardín central creado por Robert Irwin –conocido por sus instalaciones artísticas–, se disfruta de un combinación poco convencional de colores y texturas, donde las rocas fueron colocadas alrededor de un arroyo para crear “esculturas de sonido”. En la parte baja del jardín central, frente a una pared por la cual baja una cascada, se encuentra un laberinto de azaleas rodeado de dos esculturas metálicas coronadas con buganvilias, formando un espacio que entrelaza la tranquilidad con una acentuada contemporaneidad. El promontorio sur de todo el centro está rematado con un jardín de cactáceas que recuerda el estado pre-urbano de la ciudad de Los Ángeles.

Las actividades en familia son consideradas muy importantes para este centro cultural. A diario se organizan una gran variedad de actividades, entre las que sobresalen: exploraciones en familia a los espacios del centro, juegos de “detectives de arte” y aparatos multimedia para que los más pequeños recorran las exposiciones, paquetes que incluyen menú de niños con visitas a las exposiciones, y paseos con explicaciones de los jardines.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la música no está ausente en este centro cultural. En el patio central del Getty Center se organizan frecuentemente conciertos. El sábado que estuve presente, a las 18:00 horas, se presentó Nick Waterhouse, un clásico del R&B (Rhythm and blues) de los años sesenta. El ambiente que se creó alrededor del concierto fue en verdad peculiar y muy agradable: la gente se congregaba sentada en el piso, sobre manteles de cuadritos, con sus carnes frías y quesos, sus copas y, por supuesto, sabrosos “caldos” tintos y blancos californianos.
En fin, visitar el Getty Center de Los Ángeles es una verdadera experiencia artística integral que bien vale la pena dedicarle, por lo menos, un día entero. Además, ¡su entrada es gratuita todo el año! Toma nota: los lunes se cierra.

En este lugar confirmo mi teoría de que un espacio bien diseñado te ayuda a disfrutar el tiempo transcurrido en él. Es muy interesante observar como la gente que visita el Getty Center, además de recorrer las distintas exposiciones, se sienta en sus plazas, explanadas y jardines, simplemente a gozar del momento.

¡Hasta la próxima!
    

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